Aunque parece parte del futuro, en la actualidad ya podemos encontrar smart roads a pleno rendimiento. El pistoletazo de salida lo dieron en Hamburgo (Alemania). En 2015 inauguraron la primera carretera inteligente del mundo. Se trata de un tramo de vía que incorpora el internet de las cosas y está cargada de sensores que se encargan de transmitir información útil a todos los vehículos capaces de leer esta información. Cuenta con iluminación inteligente, sensores estructurales y ambientales.

No es la única carretera inteligente del continente: a tan solo 100 kilómetros de Ámsterdam, en Países Bajos, hay un tramo de 500 metros en la autopista N329 que usa una pintura fluorescente capaz de absorber los rayos ultravioletas y transformarlos cuando llega la noche en un verde neón que permite reducir la intensidad del alumbrado público o incluso prescindir de él durante un máximo de ocho horas. Los expertos destacan, además del ahorro de gasto en alumbrado, la mejora en la visibilidad, en la experiencia al volante de los conductores y en la seguridad: la ausencia de farolas hace imposible chocar contra ellas.

Suecia y Alemania, que actualmente lideran el desarrollo de carreteras inteligentes de forma mundial, continúan apostando por electrificar el transporte en carretera con el objetivo de permitir una vida sin fósiles. Suecia inauguró la primera carretera eléctrica del mundo en 2016: la e-road. Pero, y en España, ¿cuál es la situación?

ESPAÑA TAMBIÉN ACELERA HACIA LAS CARRETERAS INTELIGENTES

Según un estudio de la Asociación de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM), solo el 20% de los coches que circulan por nuestro país están conectados en la actualidad. Eso sí, para 2030, se estima que ese porcentaje se doblará y que será de un 100% para aquellos coches con menos de cinco años. Con este panorama por delante, las carreteras deben de estar preparadas y por ello la compañía española Indra, dentro del plan Movilidad 2030, está dando los primeros pasos.

Uno de los proyectos fundamentales es el In-Mova Space, que permitirá enviar y recibir información para tomar decisiones en tiempo real. Igualmente se está trabajando para una convivencia segura entre vehículos conectados y no conectados e incluso mediante inteligencia artificial están intentado comprobar si un vehículo autónomo está haciendo alguna maniobra que comprometa la seguridad de los usuarios de la vía.

Esto en cuanto al futuro, pero desde 2019 el Ayuntamiento de Barcelona, junto con la DGT, lanzaron el programa Autonomus Ready, que ha conseguido evitar más de 600 colisiones con peatones o ciclistas gracias a un sistema de ayuda a la conducción. Todas estas mejoras, y las que están por llegar, han sido posible gracias a una multitud de innovaciones específicas.

¿QUÉ TECNOLOGÍAS INTEGRAN ESTAS NUEVAS CARRETERAS INTELIGENTES?

Las carreteras inteligentes incluyen el uso de numerosas herramientas innovadoras que ayudan a que la movilidad sea cada vez más sostenible. Una de las más importantes es el Big data, que se usa actualmente ya para la gestión del tráfico y ofrece, además, información en tiempo real de posicionamiento y tiempos de espera muy útiles para el transporte público.

BIM da acceso igualmente a gran cantidad de datos y crea un “gemelo digital” de la infraestructura física para analizar su comportamiento y mejorar así la eficacia. El blockchain es otra de las aplicaciones especialmente útiles en las carreteras de peaje para efectuar pagos sin problemas. Otra tecnología que está avanzando muchísimo últimamente es la visión artificial que tiene varias aplicaciones en las carreteras, entre otras, las soluciones de tarificación dinámica y gestión de la carretera para mejorar los niveles de seguridad y eficiencia. La última tecnología que destacamos es una a la que ya nos hemos acostumbrado a verla a diario sobre los techos de nuestros coches: los drones, fundamentales a la hora de analizar el estado del tráfico y muy útiles en aglomeraciones y accidentes.

Las carreteras del futuro se piensan en el presente con el horizonte del desarrollo sostenible marcado por la ONU para 2030 y 2050. La innovación y las nuevas tecnologías asociadas a las carreteras han demostrado ya ser eficientes y seguras. Si, además de mejorar la seguridad, son respetuosas con el medio ambiente, las smart roads o carreteras inteligentes tienen que convertirse en las arterias del progreso tecnológico.

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