La correa de distribución es el componente del motor que permite la sincronización entre la rotación del cigüeñal y el árbol de levas. Ayuda a que las válvulas se puedan abrir y cerrar en el momento oportuno, es decir, durante la admisión y escape de cada cilindro. Veamos con detalle en qué consiste.
¿Qué es la correa de distribución?
En su fabricación, lo habitual es emplear fibras de caucho altamente resistentes a la tracción. Otros materiales frecuentes son el neopreno, el poliuretano y el uretano soldado de distintas calibraciones. Su diente puede albergar pasos no métricos entre los centros de dos adyacentes. Este componente usa la misma energía mecánica de combustión para controlar la válvula, por lo que no recurre a ninguna fuente externa.
Cuando el cigüeñal empieza a girar, pone en marcha su funcionamiento. Esta, a su vez, provoca que el árbol de levas gire, abriendo o cerrando cada válvula y dando lugar a que los pistones se muevan hacia arriba y abajo.
Su funcionamiento suele abarcar cuatro fases:
Admisión, compresión, combustión y escape (la correa permite que cada una se produzca en el orden establecido).
- En la fase de admisión, el aire y el combustible entran en los cilindros, gracias a que las válvulas de admisión se encuentran abiertas y las de escape cerradas.
- En las fases de compresión y combustión, el aire y el combustible se entremezclan, para comprimirse y encender las bujías. En este estadio, las válvulas están cerradas.
- En la fase de escape, el aire y el combustible son expedidos por la válvula de escape. Esto es posible gracias a que las válvulas de admisión se encuentran cerradas.
Funciones de la correa de distribución
Aunque el catálogo de funciones es prácticamente ilimitado, puede resumirse en las siguientes:
- Hacer posible la combustión, ya que en ella se apoyan el control del pistón y las válvulas.
- Interconecta el cigüeñal y el árbol de levas para regular el movimiento de la válvula.
- Facilita la necesaria armonía entre la apertura y el cierre de las válvulas del motor.
- Sirve de soporte a otros elementos del motor, como la bomba de agua, la bomba de inyección o la bomba de aceite.
- Impide que el pistón pueda golpear las válvulas y ocasione daños críticos.
No podíamos cerrar este repaso a la correa de distribución sin mencionar que debe ser sustituida con el paso del tiempo y de los kilómetros. De hecho, representa una de las averías más frecuentas y de mayor coste que puede sufrir un automóvil. Puede estropearse repentinamente, sin síntomas previos, aunque lo normal es que lleve un tiempo dando señales de un estado defectuoso. Estos síntomas suelen manifestarse en forma de ruidos extraños o comportamientos fuera de lo común. Para evitar que estas situaciones se produzcan, lo mejor es llamar a profesionales, de vez en cuando, para que efectúen una labor de inspección. Probablemente, con una vez al año será suficiente. En el Instituto Técnico de Automoción, te daremos información adicional sobre este y otros temas relacionados con este sector. Llámanos.
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