El motor de combustión de un coche tiene un funcionamiento complejo que requiere de varios elementos para ofrecer la máxima potencia de modo fiable. En este artículo vamos a detallarte los aspectos que lo hacen posible.

La combustión es fundamental

El coche convierte la energía que se produce por la potencia explosiva del combustible en fuerza mecánica. A esto se le conoce como el par. Esa fuerza se distribuye hacia las ruedas y permite el movimiento del vehículo. Según el coche que tengas, podrás encontrar entre dos y doce cilindros, con sus correspondientes pistones moviéndose arriba y abajo de forma permanente.

Cómo se produce el movimiento

Para que los pistones del bloque motor de tu vehículo puedan moverse es necesaria la combustión de gasolina o de gasoil. La potencia de cada minúscula explosión, producida por la mezcla del combustible con el oxígeno del ambiente, genera la inercia necesaria para que el proceso se lleve a cabo. La mayoría de motores actuales funcionan mediante un sistema de 4 tiempos que te detallaremos a continuación.

Entrada de oxígeno en el cilindro

Durante la primera fase, las válvulas de tu vehículo se abren para hacer que el pistón funcione como una gran jeringuilla. Al descender a través del cilindro, el aire va llenando toda la cavidad. Cuando el pistón consigue llegar a la parte más baja, las válvulas se cierran y sellan por completo el cilindro para que pueda comenzar lo que se conoce como compresión. En esta fase, el pistón toma la dirección contraria y comienza su movimiento hacia la zona superior, lo cual comprime el oxígeno.

Explosión del combustible

Cerca de la zona más alta del cilindro, los inyectores introducen en el pequeño habitáculo la cantidad necesaria de combustible para llevar a cabo una detonación controlada en el momento justo. En ese mismo instante, los gases que se producen vuelven a mover el pistón hacia la parte baja y generan la fuerza necesaria para que tu coche haga que las ruedas giren y para que el ciclo vuelva a empezar.

Última parte del ciclo

No obstante, los gases necesitan una salida. Para poder lograrlo, las válvulas de escape se abren cuando el pistón alcanza la parte inferior del cilindro. Los gases salen mientras el pistón comienza un nuevo ciclo de subida y circulan a través de todo el sistema de salida de tu vehículo hasta terminar su recorrido por el tubo de escape, normalmente situado en la parte inferior trasera del coche.

En los coches modernos, cada cilindro tiene su propio ciclo y no coincide al mismo tiempo con los demás. De este modo, disminuyen las vibraciones y puedes mantener una fuerza continua. Si no fuese así, tu coche pegaría tirones mientras circula y sería muy incómodo de conducir.

Como ves, el motor de un coche es un sistema que requiere de una gran sincronización. Al igual que un reloj suizo, los vehículos deben mantener el equilibrio entre todos sus componentes para garantizar el mejor funcionamiento. Esperamos que ahora conozcas mucho mejor su funcionamiento interno.

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